Comparsa Mozárabes

1979. Un grupo de 30 amigos, proveniente la mayoría de Mudéjares deciden crear la comparsa Estudiantes. Confeccionan unos estatutos y son presentados, para su aprobación. Sin embargo, se deniega el nombre de Estudiantes por parte de la Junta Central de Comparsas de ese momento, alegando que no se correspondía con ningún hecho histórico de nuestra Reconquista. Es por ello, que se busca una alternativa, y se decide finalmente denominarse como “Mozárabes”, que sí cumplía con este requisito. Ya en 1980 entra a formar parte de las entidades festeras existentes. Es en 1981 cuando participa directamente en las fiestas, desfilando por primera vez. Sin embargo no fue hasta 1980 cuando desfilamos por primera vez. Tres filás tuvieron aquel gran honor: La Mucha Gracia, formada por los actuales Il-lustrats, Desbaratats y Giraboix, hoy en día La Bufa la Gamba. Aunque fue un desfile difícil, con pocos socios y con los nervios de unos novatos, sentir el calor del público y sus aplausos hizo que cada uno de ellos se sintiera especial. Algo les decía que iba a ser el primer desfile de muchos más. Desde entonces nuestros pasos han sido lentos, pero no por eso inciertos.

Recordamos con cariño todos los cuartelillos por dónde ha pasado Mozárabes. Si nos remontamos a los inicios no podemos olvidar el de la calle Santa Inés, el primero al aire libre, con el tocadiscos en marcha y aquellos bailes de disfraces tan divertidos. De allí pasamos al barrio de Las Horcas, bailando al son del mismo grupo todos los años y rociados por la paloma tan de moda en aquellas veladas nocturnas. Seguidamente nuestra localización pasó a la calle Alicante, frente al centro de la Tercera Edad. Se valló, se colocó la puerta y se puso una barra. Con poco éramos felices. Las canciones de los Pecos sonaban continuamente en aquellas verbenas. Y finalmente el 5 de Febrero de 2005 se colocó la primera piedra de nuestro actual cuartelillo. Esa primera piedra no sólo fue el comienzo de la construcción de nuestra nueva comparsa, sino que supuso los cimientos de una entidad que ha ido creciendo en el tiempo, hasta convertirse hoy en día en una pequeña gran FAMILIA. Aquel día fue muy importante para todos los presentes. Aquel brillo en nuestros ojos como consecuencia del esfuerzo realizado nunca se podrá describir. Teníamos mucho trabajo que hacer, horas y dinero por invertir, pero la ilusión podía más que cualquier impedimento.

Distantes quedan entonces aquellos años en los que teníamos un cuartelillo pequeño y escondido. Ahora tenemos (y esperamos que por mucho tiempo) un espacio amplio, convertido en un castillo, en una fortaleza con sus almenas, donde poder disfrutar de las noches de verbenas, de las comidas veraniegas a la sombra de las moreras, de tiempo con amigos, aquellos que ves a menudo y aquellos que reaparecen cada julio para disfrutar de su compañía.

Durante estos 43 años de vida, son diversas las filás que han pasado por la comparsa. Algunas se mantienen a día de hoy y otras han ido desapareciendo. Guirigall (con los más peques de la comparsa), Arranquem i ja vorem, Correcuites, Ni fem ni deixem fer, I demà tornem, Poquet i bo, Recollons quin folló, Filà 2 butaka 3, Canaris, I demà ressaca (xics i xiques), Desbaratats, La Bufa la Gamba e Il-lustrats. Nombres llenos de ingenio, algunos sacados de profundas reflexiones y otros aparecidos por casualidad en el momento oportuno. En la variedad está el gusto. Entre sus componentes, Presidentes, Abanderadas y Capitanes, Reinas Cristianas, Festers d´honor, Premios García Terol y Arcadi Blasco. Todos ellos llevando por bandera nuestros colores y nuestras mejores galas para representar año tras año nuestros valores.

La bañá

Aunque oficialmente las fiestas de Novelda llegan el 19 de Julio, los mozárabes arrancamos motores el día de “la bañá”. Éste es nuestro acto estrella y que nos caracteriza desde hace muchos años. Ese domingo , sobre las 12 de medio día, los comparsistas hacen su aparición cargados de paelleros, utensilios de cocina y los ingredientes necesarios para realizar su “obra de arte”: o sea la paella. Se intenta desesperadamente encender el fuego y cuadrar el trípode para que todo salga bien. Todos opinan (que si le falta agua a una , que si tiene mucho fuego a la otra o la mala pinta que tiene la del vecino) pero son pocos los que cocinan. Poco a poco, las paellas van saliendo y el jurado formado por un miembro de cada filá da su veredicto, hasta conseguir un ganador.

Una vez hemos disfrutado de nuestras paellas, llega el momento de guardar la cartera, el móvil y las llaves del coche en algún lugar seguro, puesto que en cualquier momento te llega el remojón. La cuba que se contrataba hace años ha dejado paso a los chorros de agua, las mangueras, los cubos, los vasos, las pistolas y todo lo que encontramos a nuestro alcance. Y si se hace un charco de barro… allí nos metemos. Y ahí no acaba el día… una vez calados hasta los huesos toca ponerse la chilaba y salir de pasacalles. Ponerse la chilaba en un parking, entre los coches, después de habernos tirado cubos de agua turbia, sin ducharnos y haciendo equilibrios y malabares para que nadie te vea “nada” puede considerarse deporte de riesgo. Pero es nuestra tradición. Incluso se mira con recelo a los que se van a casa a adecentarse.

Empieza a sonar “la chinta” y los pies se mueven solos. Chilaba y música… combinación perfecta. Y durante un par de horas recorremos Novelda. Sólo Mozárabes. El pueblo es nuestro. Y rendidos, agotados, con esa sensación de cansancio y de satisfacción a la vez, volvemos a nuestro castillo para hacernos a la idea de que ya estamos en Fiestas. Nos esperan todavía las entraetas, las embajadas, la retreta, los desfiles… Actos y más actos. Así que sólo nos queda llegar a casa, descansar y pensar en la llegada del 19J.

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